TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA
en total 0,00 €
Suscríbete a nuestras novedades
Dragustín vivía feliz y tranquilo en su acogedora cueva, pero últimamente rugía entre dientes bastante aburrido Llevaba muchos años haciendo las mismas cosas cada día, como agrietar el techo (con las garras) cada vez que se desperezaba al amanecer, tomar el té de las 5 o ver su programa favorito (de la tele) a las 10. Necesitaba divertirse un poco para variar! Una mañana, le llamó la atención un anuncio del periódico: ''Se precisa actor para interpretar papel de dragón en una película. Interesados presentarse al casting a primera hora de esta misma tarde en la calle San Jorge, número 23.'' Él no era un actor, pensó, pero ¿acaso no podía hacer el papel de dragón mucho mejor que cualquier actor humano? Y como la respuesta era un ''SÍ'' casi tan grandote como él, no lo dudó ni un segundo: se presentaría al casting aunque para ello tuviera que perderse por primera vez en mucho tiempo su té de las 5!